domingo, 27 de enero de 2013

Los almendros




Los almendros en flor sobre la tierra seca del valle. Seca, y sin colores. Sólo estas pinceladas sobre el paisaje y los líquenes abrazados a las piedras de lava más umbrosas, las resguardadas en algún orificio entre muros y quebradas.


Los almendros. Como una bandada de pájaros migratorios, a través de celajes siempre eternos, las flores del almendro mecen su corona al viento. Caen sobre mi mano pequeños pétalos de florecillas blancas.


Los almendros en flor acariciando con su perfume el aire suave de esta tarde de enero, y el color turquesa de los montes lejanos, en esta hora imprecisa en la que no existe dirección ni medida ni convención alguna que marque la pauta para tanta belleza.



(notas para un 26 de enero) 

domingo, 20 de enero de 2013

Daniel Abreu, bailarín

Cabeza




Cabeza es el último trabajo del bailarín y coreógrafo Daniel Abreu, presentado el pasado mes de  noviembre en el Mercat de les Flors de Barcelona y, en diciembre, en el Teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife.

Solo en escena, como un auténtico hombre sin atributos ni artificios, sin caprichos ni bóvedas escenográficas; ajeno, incluso, por completo, a todo discurso. A Daniel Abreu no le interesa "contar historias" o meras anécdotas. El lenguaje que utiliza en sus coreografías se nutre de la renuncia a las formas de lo previsible, lo mismo que si buscase en cada acción o cada gesto la savia del asombro, ese estado de gracia original al que aspiramos.

Daniel Abreu construye sus trabajos a partir de una suerte de descomposición del movimiento, como si detrás de cada acción, de cada nervio, fuera posible abrir escalas en la percepción, descender hasta ese estado inicial del movimiento. Como quien va desgajando, sin prisa, la epidermis de una cebolla donde no existe periferia ni centro, interior o exterior, sino una piel que se envuelve a sí misma y que es a un tiempo núcleo y envoltorio.

Cabeza: fiesta del cuerpo, inmotivado, escindido de anclajes.

El cuerpo como un texto susceptible de ser leído.

Imaginar que se es un delfín hasta llegar a ser un delfín. Imaginar que se es un moral o, mejor, una raíz. Doblegar el cuerpo hasta llegar a ser raíz.

Cabeza: deambular por la escena como quien entra y sale de un extraño recinto en el que todo empieza infinitamente. Un lugar -siempre el mismo- para perderse, un camino que a ningún lado conduce, una calle que a ninguna puerta nos lleva. El absurdo problema del eterno discurrir de los acontecimientos.

La inestabilidad de la tierra sobre la que pisamos. El desandar los pasos hasta desprendernos de todo aquello que sea demasiado pesado para nuestro equipaje.

El movimiento del cuerpo. Que posea la fortaleza de los remos de un barco envistiendo la fuerza de las olas en medio de una tempestad.

Cabeza: de cómo perder la cabeza, absolutamente, a la búsqueda de nuevas respuestas, y de nuevas preguntas que den cabida a las nuevas respuestas. Absolutamente, hasta que la razón se pierda en los márgenes del absurdo.

Cabeza: 
Creación e interpretación, Daniel Abreu.
Diseño iluminación, Irene Cantero.
Espacio escénico, Daniel Abreu.
Técnico de sonido e iluminación, Sergio García.
Fotografía dossier, Manu Mazpule.

[www.danielabreu.com]

lunes, 7 de enero de 2013


Karina Beltrán en la casa de Stipo Pranyko



  

La exposición Stipo Pranyko, abierta al público en TEA Tenerife Espacio de las Artes hasta el próximo 13 de enero, incluye una instalación fotográfica de la artista Karina Beltrán formada por más de medio centenar de imágenes.

Compuesta a raíz de una estancia en la morada del artista de origen bosnio en la localidad de Tahíche (Lanzarote) durante el mes de septiembre de 2011, esta instalación de fotografías de Karina Beltrán -dispuesta en la sala a la manera de un gran mosaico de naturalezas muertas- se detiene en pequeñas escenas halladas en cualquier rincón de la casa de Stipo Pranyko. Las fotografías adoptan, en ocasiones, el pequeño formato de la polaroid para adaptarse al reino de lo mínimo, esto es, a la presencia diminuta de unas llaves abandonadas o de una taza de café olvidada en la esquina de una mesa;  un plato con fruta pasada, un viejo despertador, una bolsa o una barra de pegamento usados; unos cuantos objetos sin relación aparente colgados de la pared de la cocina, un viejo sifón sobre el alféizar blanco o el pomo -casi roto- de una puerta.


El proyecto de Karina Beltrán amarillo (por la casa de Stipo Pranyko) recupera instantes perdidos en la memoria y el tiempo a través de algunas pequeñas cosas de lo cotidiano: se detiene en la extrañeza que descansa en los objetos cuando éstos se encuentran solos, olvidados en su serenidad, inútiles, cómplices de una vida vivida con precariedad y rudeza, contraria a las complacencias del bienestar. Objetos, utensilios que acaso acabasen siendo incorporados por Stipo Pranyko a sus composiciones pobres, como antes lo fueron una cuchara, una sierra o unas simples llaves de la despensa. Las fotografías de Karina Beltrán han sabido captar la presencia de objetos y enseres ya próximos a la desaparición, impregnados del mismo blanco ajado y tosco, de la misma textura carcomida y herrumbrosa que pigmenta las obras textiles, objetos y dibujos de Stipo Pranyko.


Espacio y tiempo fundidos en una fotografía. Y derramada sobre una de estas pequeñas piezas de su casa, siempre la luz insular –casi blanca– del mediodía atlántico.


 

Karina Beltrán, amarillo (por la casa de Stipo Pranyko)
Fotografía a color, instalación. 22 fotografías de 100 x 69 cm., y 38 fotografías de 17 x 17 cm.
Proyecto de Karina Beltrán producido por TEA para la exposición Stipo Pranyko.
En TEA Tenerife Espacio de las Artes hasta el próximo 13 de enero.
[En la última fotografía, Stipo Pranyko junto a varios alumnos de la Escuela de Arte Fernando Estévez (S/C de Tenerife) en la sala que presenta la instalación de Karina Beltrán]