lunes, 28 de febrero de 2011

Concierto animal de Laura Gherardi (y II)




Concierto animal de Laura Gherardi: garras de león sobre cabellos de ángel, pezuñas de caballo sobre diademas de plata, cartílagos de murciélagos vueltos espejeantes paracaidistas entre las nubes.

Cascadas, deformaciones, materia acumulada que converge en un punto, ramificaciones, extremidades, torsos magnéticos. Estanque de cuerpos sombríos, emanaciones, fluidos. Vasos que se comunican como vaginas que a oscuras se estremecen en sus hormigueos.

Garras, pinzas, pezuñas y extremidades que te atrapan. Seres arácnidos en movimiento: cien patas, cien vientres, cien ahortas, cien imágenes de la muerte, éstas que se agolpan en mi cabeza para marcarme con la señal de la cruz.

Reescribamos una vez más la biografía del Marqués de Sade.

Alguna vez he llamado a Laura Gherardi nuestra checa insularia. Magnetizada por los caprichos de la materia que modela con sus manos, Gherardi parece retomar el testigo de ciertas obsesiones del surrealismo checo. En sus obras hay pasillos que se comunican en el tiempo, revelaciones y visiones de la materia que convergen en una misma irradiación.



Laura Gherardi y Marie Černínová hablando por teléfono.

Laura Gherardi y Jindřich Štýrský encerrados en un armario con arenas movedizas.

Laura Guerardi y Josef Šíma fornicando en medio de una pradera con rocas y escrementos de armadillos al fondo.

La libertad del gesto y su equilibrio irracional desequilibra cualquier punto de fuga.

L'inconnu deviendra la plus grande source d'énergie (Alain Jouffroy)


[A la izquierda: Jindrch Styrsky, "El hombre sepia" (1934). A la derecha "Mujer magnética" (1934).]

Gherardi palpa a ciegas ritmos ocultos de la Naturaleza; coloca su oído sobre las rocas para escuchar pálpitos de alas, huecos en la nieve, el tic-tac que haga parpadear los ojos de la cabeza guillotinada de María Antonieta.

Mira las placas óseas de su pintura. Y mira también los escudos córneos que le sirven de girasoles: complejas estructuras de materialidad bimórfica.



Pinzas que en la noche te atraviesan y te hacen penetrar en una noche más oscura que la noche.

Dije piedras ágatas, sí, pero también diamantes anegados en su sombra, apagados como perlas pálidas. Rostros ciegos y sin ojos que te miran, fantasmas o seres diminutos, los de tu pensamiento.

/ tout est séparé /
tout est lié par cette constante de séparation /
nous sommes trois milliards et demi quatre milliards à n'avoir
qu'un seul coeur qu'un seul sexe /
...

Los dibujos con cera de Laura Gherardi, pasadizo por el que nos inclinamos para ver, como Alicia, figuras diminutas, medioseres, personajes sin rostro.

La première pensée du soleil fut d'oublier...



No hay nada que decir ante las encuásticas y dibujos de Laura Gherardi y, sin embargo, todo está aún por decir; cualquier lenguaje resulta ineficaz para poner en palabras lo que sólo puede nombrarse desde el terreno de lo inasible; cualquier discurso insuficiente; cualquier expresión inapropiada e inoportuna.

Sólo una palabra reinventada -una palabra esencialmente poética- sería capaz de aproximarse a la obra de Laura Gherardi, compartir con ella ese tránsito, ese "incorpóreo paseo del sol a lo umbrío" (Blanca Varela)

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Imágenes de la exposición Nessun Dorma, de Laura Gherardi, celebrada recientemente en Espacio Área 60, TEA Tenerife Espaco de las Artes.
Los fragmentos en cursiva pertenencen al poemario de Alain Jouffroy "Liberté des libertés", Le soleil noir, París, 1971.