22 de septiembre
Te tropiezas con cierta frecuencia con gente que, en un abrir y cerrar de ojos, aporta sus conclusiones sobre todo, y sobre todo tienen una respuesta precisa. Es más, algunos te dicen "lo que te conviene", mientras escuchas con mansa resignación y algo de sorpresa. Pero en seguida caes en la cuenta de que no ven más allá de sus narices, porque piensan que en sus narices empieza y acaba el mundo. Menos mal que el mundo, como tal, acabará pronto, porque de lo contrario habría que romperlo y de-construirlo en cien pedazos, para luego entregarlo a la nada hecho polvo de estrellas.
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