lunes, 3 de agosto de 2009

M'illumino d'immenso





Recibo la llamada de un amigo para decirme que, tal día como hoy, hace dieciséis años, vimos amanecer juntos desde la cumbre más alta de Tenerife. Caigo en la cuenta del tiempo transcurrido desde entonces, y cierro los ojos unos instantes para evocar en la memoria algunas imágenes de aquel día.

Imagen 1ª: Una fuga de cigarras violáceas surgiendo por entre los celajes.

Imagen 2ª: Un oasis de destellos naranja prisionero de su envolvente claridad.

Imagen 3ª: Un ejército de corales algodón, y la sombra de la montaña, contra el cielo, proyectada sobre el paisaje como una inmensa pirámide sostenida en el aire.

Imagen 4ª: Formas triangulares, ascendentes, dibujadas por el pintor José Luis Medina Mesa.

Unos versos del poeta Giuseppe Ungaretti murmurando en mis oídos no sé qué cosas de una hermosa mañana: "m'illumino d'immenso".

4 comentarios:

  1. Hola, Ramiro.
    Primero, gracias por tu comentario y enhorabuena por este blog, que no conocía.
    Me ha llamado la atención la entrada porque hace diecisiete años que estuve por tus islas, en Lanzarote, he cerrado los ojos y veo un inmenso azul desde una playa negra. El mar desde un volcán partido es algo impresionante.
    M'illumino d'immenso;-)
    Saludos.

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  2. Buenas noches, Olga. Gracias a ti también por tus comentarios. Tu visión del azul inmenso del mar desde una playa negra es bastante inquietante. Ocurre lo mismo que con estas montañas; por mucho que uno las mira siempre parecen otras; cada días distintas. Ese azul sobre negro, escrito por ti, parece otro azul. Por cierto, no soy Ramiro. Creo que me confundes con el joven poeta -y gran amigo- Ramiro Rosón.

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  3. Una vez aclarada la confusión de nombres, amigo Isidro, también yo quisiera dejar mi comentario. Es posible que Olga entrase en este blog a través del enlace que yo tengo en el mío y de ahí surgiera la confusión, que no tiene importancia alguna.

    Yo nunca he visto amanecer en el Teide, pero, sin duda, esa mezcla de naranjas y corales de la que hablas ha de ser bellísima, inefable. Y no sabía que las cigarras volasen en bandadas por las cumbres de la isla.

    Si no recuerdo mal, unos versos de Bartolomé Cairasco definen al Teide así:

    “Pirámide famosa que hace ultraje
    a las más altas nubes” […]

    Pero, ¿qué son las “formas triangulares y ascendentes”? ¿Nubes de insólita apariencia? ¿Formas añadidas por la imaginación al paisaje de las Cañadas, para darle un aire de misterio?

    El verso de Ungaretti es muy sugerente: “me ilumino de inmensidad” o “me ilumino de lo inmenso”; no sé cuál de las dos traducciones sería la correcta, aunque mi intuición me conduce a la primera. Desgraciadamente, sé muy poco italiano: algunas cosillas que aprendo de arias y libretos de ópera, por mi afición a la música. Pues bien, ese verso suelto, así, me hace pensar en la idea de Dios, de un Dios que se revela en un paisaje luminoso, como la isla vista, al alba, desde el Teide.

    Gracias por lo de “gran amigo”. Un abrazo.

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  4. Oh, no;-)
    Creo que entré picando sobre tu comentario en mi blog, pero como los dos sois "nuevos" para mí, los dos relacionados por esa novedad, y os leí muy seguidos...
    Isidro, mis disculpas y, de nuevo, mis felicitación por tu blog.

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