domingo, 17 de junio de 2018


17 de junio


Atardece. Aún a esta hora en la que casi no puede verse, se intuye, como la leve silueta de un cuerpo dormido, la cima de la montaña. Un aire fresco desciende barranco abajo; alivia la inclemencia solar que ha golpeado las tierras durante todo el día. Las flores de las retamas luchan por retener sobre sus brazos, unos días más, el perfume tierno que habrá de arrebatarles el inminente verano.


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