(algunos apuntes de andar por casa)
Tampoco yo recuerdo lo que sueño. Lo intento, pero no lo consigo. Lo intento, pero no logro traer a mi memoria las secuencias de nebulosas agolpadas en mis sienes mientras dormía, las imágenes que fueron convocadas por la obsesión, las secuencias, el tropel de gigantes cabezudos y personas ilustres que se habrán asomado a mi memoria dormida. Soy el durmiente que, al despertar, no puede recordar o que ha soñado, como en una aguada nocturna de Victor Hugo.
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