(ahora sí que es 19)
En una de las últimas veces que estuve en París mi amigo Serge Fauchereau me regaló un ejemplar de su libro Déplacements, editado por Séquences en 1996. Un cuaderno de formas breves organizado por una sucesión de fragmentos y anotaciones que deviene, más que una compilación de notas de viaje, un conjunto de pensamientos y evocaciones de aspiración aforística sobre experiencias vividas en distintos momentos y lugares: "Les premières images de ma vie sont celles de départs", escribe en un de ellos. "Toutes les villes, tous les lieux où l'on ne retourne plus, il fini par n'en rester plus rien que le nom ou parfois un détail, un petit fait sans conséquence", anota en otro. Fragmentos de tiempo alentados por la memoria, escenas que el escritor intenta revivir en la página escrita en una tentativa de permanencia. Palabras, imágenes, músicas que se vuelven silenciosas. Las cuatro estaciones en una pintura de Bruegel, el jardín de Ryoan-ji, les envies, les caprices et les rêves de la jeunesse... los árboles de Sao Paulo, una pieza de hotel, las noticias dictadas por un aparato de radio, los museos, las galerías, los libros por escribir, los amigos, y el beneficio de la pasión por la pintura.
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