Abecedarios del aprendiz
Bálsamo de julio. Este sol que golpea tu cara y llama a la puerta insistentemente.
Balandras del verano varadas en un puerto de pescadores, como en un intento de hacer perdurable la imagen en blanco y negro de viejas fotografías.
Busco una chocolatina que me ofrezca la miel boca a boca, el cautiverio suave de unos labios.
Bienaventurados aquéllos que saben lo que hacen en todo momento.
Botón: 'Tenía la cabeza pequeña como el botón de una muñeca'.
Beroles con flores amarillas hasta donde alcanza la mirada, y húmedas paredes de tierra fértil a lo largo del sendero y hasta donde se extiende la mirada.
Beletén fresco y recién ordeñado para el señorito.
Bajar las escaleras sin mirar dónde se pisa, como si nada.
Basta de decir –o no decir– lo que vamos a hacer. Hágase.
Brindis, brezos, brocales diseminados por doquier, como en un juego de naipes que el viento lanza el volandas.
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