miércoles, 6 de agosto de 2014


                       Piedras caídas




Han caído las piedras, y también algunos árboles. Han caído las piedras y han rodado unas sobre otras hasta formar un extraño mosaico de figuras. Peña arriba, los árboles adoptan formas cada vez más imprevistas, verticales, como verdes fogatas que pudieran contemplarse desde lejos.

Todo lo abarca la mirada, a golpe de vista de pájaros. Tras los pinos más altos, seguro podrá hallarse algún refugio.  Una leve quebrada en la que resguardarse de este sol cenital. (Si así fuera podrías quedarte allí hasta retomar el descenso). Y tras el refugio, de nuevo la presencia tutelar, montaña arriba, del sol en la altura, como una idea fija que taladra la herida hasta el cansancio.




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