jueves, 3 de noviembre de 2016




Mi cuerpo sin mí



[Fotografía de Alexis W.]


Mi cuerpo sin mí, torpe y caduco, lo mismo que un muñeco.  Espantapájaros ridículo zarandeado por las pisadas de alguno; quebradizo, al fin, ante miradas de transeúntes cabizbajos. 


Mi cuerpo sin mí, aterido y sin sangre caliente, a punto de volverse ceniza, maniatado al suelo y a la intemperie solar de estos días sin nadie. 



Lo contemplo desde la superficie: cuerpo amado y malquerido a un tiempo, deseado y deseante, lo mismo que un crucifijo roto. Mi cuerpo maltrecho; a la deriva de sí, en un viaje sin retorno hacia ninguna parte.


Sueño que mi cuerpo ya no me pertenece; que mi cabeza es una bola de trapo.


Frágil y tierno como un niño, mi cuerpo. Castillito de arena olvidado en una playa negra. Estival como fruto maduro, recostado en el paladar de los peces del fondo.


Miro mis ojos huérfanos, miro mi boca y mis pies, con las botas puestas, apuntando hacia lejanos astros en el cielo.


Miro mi cuerpo dormido, yacente, sagrado y carnal a un tiempo, anegado en la sal y en la sed del agua. Semihundido, enterrado, escondido bajo tierra o en el fondo del mar. 


Mi cuerpo de marinero inexperto. Mi cuerpo con escafandra o al sol tendido como tizón  erecto.  El dibujo de mi cuerpo por el agua, sobre la arena. 



Mi cuerpo devorado por aves rapaces entrevistas en el cielo. Mi cuerpo partido en dos por una ventana entreabierta. Mi pene robado por manos de falsos sacerdotes.   




[Texto publicado en Testosterona, Madrid, 2016. Un proyecto de Alexis W.]


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