(28 de mayo)
"Pilar ha vuelto a las seis de la tarde, ha descansado un rato y, tras haber tomado una pizza excelente, en el bar de al lado, nos hemos paseado por Dorsoduro, desde los Gesuati a la punta de la Aduana. Ésta es una ciudad que nunca se termina de ver, tantos son sus rincones, vueltas y revueltas; y lo mejor es que uno vuelve a casa con la sensación de haber hecho una cura estética. El día, precioso y luminoso, fresco y con una leve brisa, me ha ayudado a sentir esta sensación, me la ha sugerido. Al llegar a los Artigianelli, he sentido una sensación de felicísima tranquilidad, como hacía mucho tiempo que no lo sentía.
Desde las nueve y media, ya en nuestra habitación, he dedicado unas horas a la lectura".
[Ángel Crespo, Diario veneciano (1980-1983), Fórcola, Madrid, 2024].
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