viernes, 5 de diciembre de 2025



(14 de septiembre)

Hoy hemos vuelto a llorar a nuestro perro montañero, a nuestro perro indómito, a nuestro lobo, a nuestra estrella. Su fidelidad absoluta, su nobleza en la melena hirsuta y a al vez elegante, su espera ciega hasta que llegáramos a la casa tras un largo viaje, su sosiego protector hasta el final... Ya, sin fuerzas, lo vimos caminar por última vez. Él debía saber que era el final, o que al menos ya las cosas no serían como antes, y aún así nos llevó de la mano hasta el momento de su muerte. Qué insoportable esta ausencia de ti; qué inoportuna esta casa sin guardián, esta noche sin estrellas.



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