martes, 19 de abril de 2011

Il mondo e bello




Detrás de cada barra de bar hay siempre una chica a la que parecemos no importarle lo más mínimo. Lo mismo da que pidas una cerveza que un vaso de agua; ella siempre querrá atenderte con indiferencia. La barra del bar te separa de su corazón.

Mírala, tan fresca, sirviendo cerveza por aquí y por allá como despreocupada de la cámara de fotos que esgrimes entre las manos con miedo a ser delatado por la torpeza de algún gesto.

La chica de la barra -ella es ella y es, al mismo tiempo, todas las chicas de barra de bar- siempre ha sabido que la miras cuando te da la espalda. Ella juega a no saber que la estás mirando, a ignorar que la estás desnudando con la mirada.

Te gusta ver cómo baja la palanca a presión del barril de cerveza, tan suavemente, balanceándose con el movimiento descendente de su cuerpo, mientras concentra la mirada en la espuma que cae en cascada y rebosa la jarra.

Diosa nocturna, llevas la espada de Perseo sobre la grupa de tu delantal... ¡Ah, joven Salomé, yo sé bien que cortarías mi cabeza si pudieras...!



Leo en la espuma de cerveza que ha quedado en el fondo no sé muy bien qué signos secretos, como quien a ciegas intenta interpretar las aguadas que han dejado los pozos del café o como aquél que deshoja, en silencio, primaverales margaritas.

Casi me duermo mientras escribo estas líneas... Me duermo sobre tu vientre de sirvienta de cafetería, sobre tus nocturnas pupilas de loba en celo, sobre tu delantal, sobre el licor que ha manchado tus labios esta noche, sobre tus pechos entrevistos en mi pensamiento, sobre tu cuerpo de ángel condenado a la servidumbre...



Ah, niña florentina. Abre de una vez el cofre de los deseos, la rosa de cien pétalos que ofrece tu mirada al viajero sediento, mientras tu camiseta roza levemente esta espuma de fantasía... Car j'ignore où tu fuis, tu ne sais où je vais,/ Ô toi que j'eusse aimée, ô toi qui le savais !

11 comentarios:

  1. Muy bien guardaste el decoro... Nos vemos. Diego.

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  2. Cierto: "Il mondo e bello". Aprendamos a ser optimistas. Me gustó tu comentarios sobre esa camarera enmascarada. Claudio.

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  3. Voy a abrir esta noche el cofre de mis deseos, tal y como me pides, sí, pero mira al otro extremo de la barra del bar, ¿ves a aquel muchacho que dormita junto al vaso caido de su cerveza derramada sobre la barra? ¿ves que ni me mira, ni me ha hecho gestos sugerentes, ni que tiene aspecto de saber escribir una frase hilvanada con sujeto, verbo y predicado, ni nada de nada? Pues bien, será a él a quien esta noche le voy a abrir ese cofre que tu mencionas. No creas que le conozco de antes de hoy, no. Es la primera vez que le veo en este local, pero me da lo mismo. He decidido que, a pesar de tus poéticas insinuaciones, será con él con quien voy a tener una noche de sexo y pasión. Y ahora, sigue mirándome la espalda mientras voy a la caja para cobrar tu bebida. Es todo lo que vas a poder ver de mí.

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  4. Si yo fuera esa chica y te pillo sacándome fotitos con el móvil te pongo de patitas en la calle...

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  5. Divina, me encanta tu rigor y tu manera marcial de repartir justicia. Eres Divina. Muy bien guardaste el decoro, como dice el anónimo. Aunque yo sé que de buena gana te hubieses rendido a los placeres de un viajero enfermo, sediento y peregrino, si hubieses estados tú al otro de la barra... Ja ja ja, que no me engañas...

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  6. Bueno, bueno, ya veo que la cosa se pone buena, pero esto era sólo un comentario de barra de bar, así que no os lo toméis tan enserio...

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  7. Ay mi cabeza...
    saludos.
    edu

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  8. Hola:
    Soy el muchacho que dormita junto al vaso caído de su cerveza derramada, y siento decirte, Bella Otero, que no me interesas. Vengo todas las noches a este bar con la esperanza de ver al "Aprendiz". Él es el auténtico objeto de mi deseo; por él suspiro noche tras noche, entre trago y trago de cerveza...

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