miércoles, 1 de mayo de 2013

Gervasio pinta Conca 




Ya ha estado Gervasio pintando la CONCA. Mira que se lo hemos dicho cien veces: que suelte el pincel, pues con poco le asalta la rabia y le da por pintar sus metáforas del caos.


Nunca se sabe la cola que traerán sus dibujos. Al pasar por la vieja Plaza de la Pila -así debió llamarse en otro tiempo-, ahora tan nueva y tan adornada con flores, junto a las sombras dechiriquianas de la Torre de La Concepción, en la Laguna, probablemente encontraremos al artista Gervasio Arturo -lápiz en una mano y pincel en la otra- dibujando sobre una puerta-garaje de la galería de arte CONCA. No se sabe muy bien lo que pinta Gervasio cuando pinta, porque sus obras irradian esa atmósfera inquietante en la que todo, absolutamente todo, es susceptible de ser otra cosa; escenas en las que cualquier metamorfosis es posible.




Un mural de descarados y curiosos personajes, asomados en tropel a la vía pública, escandalosos y atrevidos, practicando el voyeurismo desde sus efímeras existencias a la intemperie.




Gervasio pinta mientras es observado por la mirada sorprendida de los paseantes que van y vienen de un lado al otro, de una calle a otra. Se diría que de su paleta van apareciendo personajes de forma espontánea, apresurados, emergentes, casi por acumulación. Su mano, paso a paso, va creando un bosque de muecas y miradas, un matorral de ojos que observan a todo el que pasa y del que nadie queda indiferente.


Los personajes de Gervasio Arturo van llegando; aparecen sin previo aviso. Quieren colarse por la puerta grande, y pareciera que asoman un tanto la cabeza buscando un lugar entre las cosas, con el firme propósito de hacerse un hueco y colarse definitivamente en el paseo urbano.



1 comentario:

  1. Hay un toque George Grosz en muchos de los rostros que ahora está pintando Gervasio en esa puerta. P.L.

    ResponderEliminar